Ecos de la gran Tenochtitlán

Performance operístico (2021)

La pieza busca memorar la ciudad antigua e invocar al mundo desaparecido con ella a través del canto, la danza y el plañir de voces y cuerpos que harán resonar los textos de-construidos y algunas veces musicalizados de las crónicas, los códices y otros documentos históricos.

La caída de la Gran Tenochtitlan el 13 de agosto de 1521 ha generado innumerables resonancias, las cuales, en su mayoría, no son sino invenciones, propaganda o crónicas que carecen de rigor histórico. A la ciudad le ocurre lo mismo que a sus protagonistas, cuyas biografías son más cercanas a la leyenda que a la verdad y han motivado la duda, la investigación y una infinidad de interpretaciones. Con la incertidumbre histórica como materia prima, durante cinco siglos se han producido un sinfín de ficciones en forma de obras de teatro, óperas, películas, pinturas, comics, novelas. Son los ecos que regresan a la ciudad. Es el caso de Moctezuma, por ejemplo, ópera de Vivaldi estrenada sobre las aguas de Venecia en 1733 y cuya obertura precede a este performance.